Es posible que la religión haya surgido como una necesidad del ser humano de sobrellevar la angustia que provoca saber que algún día se extinguirá irremediablemente. Las personas religiosas se apoyan en su fe y en unas creencias que le hacen la vida más llevadera frente a las amarguras que conlleva su existencia. En ese sentido creo que los ateos como yo somos más valientes, ya que estamos desarmados a la hora de hacer frente a la vida
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Tener fe en cosas de las que no hay ninguna prueba evidente no me parece inteligente. De hecho, me sorprende que un porcentaje de las personas instruidas y cultas crean en su religión, sea la que sea. Yo sólo creo en la ciencia porque, entre otras cosas, la ciencia es humilde y reconoce su ignorancia en muchos aspectos del mundo que nos rodea. Por tanto, cuando yo no sé algo, me encojo de hombros, admito no saberlo, pero nunca introduzco la fe o las creencias religiosas para llenar esos vacíos del conocimiento.
La ciencia cada vez tiene más arrinconado a Dios en tanto que cada día conocemos más sobre el Universo. Desde luego reconozco que desconocemos tantas cosas que Dios aún tiene cabida para quien necesita una excusa para introducirlo.
Vivimos en un mundo extraño. Quizás es la propia ciencia la que, rascando sobre la capa superficial de la realidad que captamos con nuestros sentidos, nos haya descubierto, y cada día lo hace aún más, lo extraño del comportamiento de la naturaleza. ¿Puede acaso haber algo más extraño que la Mecánica Cuántica?
Los humanos nacemos con nuestros sentidos capados. Lo que falta por saber es si nuestra capacidad intelectual también lo está. ¿Podemos abarcar y comprender toda la complejidad del funcionamiento de la realidad? Parecemos arrogantes intentando conquistarlo todo, querer entenderlo todo. ¿Puede acaso un cerebro de apenas 1,4 kg de peso alcanzar a comprender la complejidad del Universo? Es más, ¿se puede conocer uno a sí mismo analizándose desde su propio conocimiento? O visto de otra forma, ¿podemos comprender el Universo estando dentro de él? No sería más lógico entender el funcionamiento de nuestro cerebro desde un ser superior a nosotros. Y por extensión, para entender nuestro Cosmos ¿no deberíamos examinarlo desde “fuera de él”?
Kurt Gödel demostró que en Matemáticas no se puede demostrar todo usando Matemáticas con sus famosos teoremas de la Incompletitud e Indecibilidad. Volvemos una vez más a las paradojas surgidas como consecuencia de las autorreferencias. Miento si digo: “Yo soy un mentiroso”. ¿Realmente lo soy? Piénselo…
Distingamos entre ateísmo, escepticismo y agnosticismo. Ateo es el que niega la existencia de Dios, escéptico es el que duda de que exista una verdad absoluta y agnóstico es el que cree que sí existe una verdad absoluta, pero que el hombre nunca pondrá alcanzarla, ¿dónde encaja usded?